El próximo día 27 de diciembre los marineros del pesquero de Santa Pola, Francisco y Catalina, recogerán en Soria el premio Ciudadanos del Mundo, de las manos de la ONGD Cives Mundi.
Se trata de un galardón que premia valores como la generosidad, la humanidad y la solidaridad, y sin duda este grupo de trabajadores del mar la demostraron cuando en el pasado 14 de julio rescataron de un cayuco a cien millas de la costa de Libia a 51 inmigrantes que viajaban a la deriva. 42 hombres, ocho mujeres, dos de ellas embarazadas y un niño de dos años. Llevaban ya dos días sin comer. Los subieron a bordo de su barco y los once tripulantes, alicantinos y gallegos, compartieron su tiempo, su comida y al final su amistad con ellos durante la semana que duró la negociación internacional para su desembarco frente al puerto maltés de La Valata. Sin quererlo fueron protagonistas de un conflicto diplomático ya que Malta impedía el desembarco en la isla con una patrullera. No admitía inmigrantes. Una vez obtenido el compromiso de España de hacerse cargo de los inmigrantes la situación quedó resuelta.
Seis marineros entre ellos el armador y patrón José Durá y el segundo patrón Bautista Molina y sus esposas llegarán a Soria el día 26 de diciembre y recogerán el premio el 27 en un acto que se celebrará en el Centro Comercial de Las Camaretas a las nueve de la noche. Se han manifestado encantados de este reconocimiento, que no es por cierto el primero ni será el último de los que les han sido otorgados. Pocos días después de estos hechos recibieron la medalla de oro de Cruz Roja y el Consejo de Ministros les otorgaba la Cruz del Mérito Civil. Para poder venir a Soria han pospuesto un viaje a Lanzarote con el que también han sido obsequiados por su generosa acción.
En su modestia aseguran que no han hecho nada excepcional ya que la ley del mar obliga a ofrecer ayuda a quienes la necesitan, pero lo cierto es que no resulta frecuente este tipo de acciones que, además, de muchas complicaciones supusieron para ellos la suspensión de la actividad pesquera de la que viven con un considerable perjuicio económico ya que estuvieron siete días sin faenar en el caladero.