A mediados del siglo XIX el campo y la ciudad estaban separados por un gran abismo y los maestros, en muchas ocasiones, eran rechazados en las aldeas. Las Misiones Pedagógicas nacieron al amparo de la necesidad que vio la II República de aunar ambos mundos. Así, para que en los pueblos no hubiera una sensación de estar desprotegido por la presencia de ese docente que va mostrar saberes, se ideó el entretenimiento instructivo, es decir, acompañar la docencia de una serie de actividades culturales: cine, teatro, música de gramófono, copias de cuadros del Museo del Prado y bibliotecas, entre otras.
Todos estos vestigios son los que pueden verse desde el 12 de noviembre y hasta el 9 de diciembre en la antigua sede del Banco de España de Soria dentro de la exposición Las Misiones Pedagógicas, 1931-1936; una muestra organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), a partir de un proyecto de la Fundación Francisco Giner de los Ríós, para el 75º aniversario de la primera salida que hicieron los misioneros, concretamente a la localidad segoviana de Ayllón, y que ahora llega a la capital soriana de mano de la Comisión Nacional del Centenario de Machado en Soria dentro del programa elaborado a este efecto.
Es una manera de recuperar la memoria gozosa, indicó el comisario de la exposición, Eugenio Otero Urtaza, quien, acompañado por la vicecomisaria de ésta, María García Alonso, mostró a los asistentes a la inauguración los secretos que escondía cada objeto que recoge la muestra. Además, García incidió en que las Misiones Pedagógicas fueron un fenómeno de ida y vuelta, porque los misiones llevaban cultura, pero ellos también se traían otra cultura que desconocían, paisajes Era un flujo de comunicación.
Durante el acto de inauguración de Las Misiones Pedagógicas, 1931-1936 también estuvieron presentes la presidenta ejecutiva de la Comisión Nacional del Centenario, Amalia Iglesias Serna; el presidente de la SECC, José García-Velasco; el alcalde de Soria, Carlos Martínez Mínguez, y el subdelegado del Gobierno en Soria, Germán Andrés.
Asimismo, fueron foco de atención tres personas que fueron partícipes de las Misiones Pedagógicas a su paso por Soria: Antonino, de Aldealseñor, y el matrimonio compuesto por María Muñoz y Germán Narro, de Torrearévalo, localidad natal de Julián Sanz del Río, instructor del Francisco Giner de los Ríos, promotor de la Institución Libre de Enseñanza, vinculada a las Misiones Pedagógicas.
En este sentido, el comisario de la exposición manifestó que, en cierto modo, Soria es el principio de todo, en referencia al impulso del krausismo dado por Sanz del Río, que inspiró las Misiones Pedagógicas. Por su parte García-Velasco incidió en que el hecho de que la exposición hubiera viajado a Soria había sido fruto del empeño del alcalde; un gesto que éste correspondió: Cuando la vi tuve la obsesión de traerla a Soria; acercar a una ciudad humilde lo que ha sucedió en otros ámbitos del Estado español.
Por su parte, la presidente ejecutiva de la Comisión Nacional del Centenario de Machado hilvanó la actualidad del debate sobre la Memoria Histórica con la exposición y aclaró que hay que confrontar la Memoria Histórica, que es más de la cabeza, con la memoria colectiva, que es del corazón; esta exposición se inclina más por la colectiva.
Finalmente, el subdelegado del Gobierno quiso hacer dos reflexiones durante este encuentro. En principio teorizó sobre qué es lo que hubiera pasado en una provincia, en una región como la nuestra si una experiencia como ésta hubiera llegado a buen término; seguro que hubiéramos estado en otra Comunidad. Después, Andrés vindicó la figura de Julián Sanz del Río, puesto que con su avanzada teoría influyó en la cultura y la educación.