Pedro J. Martínez, becario de Cives Mundi en Filipinas,
narra su experiencia en el periódico The Manila Times.
Destinado en Tandag, una
ciudad de la provincia de Surigao del Sur (en la isla de Minadanao, una de las
que componen el archipiélago filipino), Martínez colaboró desde agosto de 2009
hasta abril de 2010 en un proyecto para proteger de prácticas abusivas a las
selvas tropicales, los manglares y las áreas costeras en peligro en esa zona,
sobre todo el monte Hilong-hilong y las montañas, así como los ecosistemas de la
bahía de Lanuza.
El artículo, titulado Un español en Mindanao, es un
agradecimiento a mis compañeros y amigos de Haribon [la contraparte de Cives
Mundi en Filipinas] la oportunidad que me dieron para convertirme en uno de los
héroes verdes que protegen la naturaleza y preservan la vida.
Ésta es la traducción al español del texto (la versión en inglés puede consultarse pinchando el botón de abajo).
las ruedas del avión tras hacer contacto con la dañada pista me hizo darme
cuenta de que acababa de llegar a Butuan y que el final de ese viaje era solo
el principio de una nueva aventura. Bueno, solo tenía razón en parte, ya que
ese no era el final del viaje. Todavía me quedaban cinco horas de carreteras
sin asfaltar antes de llegar a mi destino final, el lugar donde pasaría los
siguientes siete meses de mi vida; una ciudad no tan conocida llamada Tandag, en
la provincia de Surigao del Sur.
Ah, perdónenme, por
favor. Todavía no me he presentado. Me llamo Pedro Martínez,
y aunque mi nombre suena a filipino, soy de Valencia, España. Pero tranquilos,
no soy otro colonizador;
Sólo soy un becario del Gobierno español al que le han dado la posibilidad de
formarse en un proyecto de conservación y desarrollo en Filipinas. Estudié
desarrollo económico en la universidad y luego me asignaron unas prácticas en la Organización No Gubernamental española Cives Mundi, para ayudarles con su proyecto en
Surigao del Sur, desde agosto de 2009 hasta finales de abril de 2010. La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), a través de
Cives Mundi, era la agencia de financiación para el Gobierno y el Desarrollo
Local (GOLDEN) para el Proyecto de paisajes terrestres y marinos en peligro,
que ha sido completamente diseñado y ejecutado por la Fundación Haribon.
El propósito del proyecto es proteger de
prácticas abusivas a las selvas tropicales, los mangles y áreas costeras de
Surigao del Sur en peligro, sobre todo el monte Hilong-hilong y las montañas,
así como los ecosistemas de a bahía de Lanuza.
Cuando llegué a Tandag con Anabelle Plantilla (jefa del proyecto) y Borja
Serrador (coordinador regional de Cives Mundi en Asia), me presentaron primero
al personal en el terreno y luego tuvimos una reunión para hablar detalladamente
del proyecto. Todavía recuerdo lo que sentí entonces: no entiendo nada de nada.
Palabras como barangay, purok, P.O., DENR, MENRO y bantay dagat me
sonaban a chino. Sin embargo, solo dos meses después, ya las usaba como si las
conociera de toda la vida
Mis competencias con Cives Mundi eran asistir a Haribon en la ejecución del
componente de subsistencia del proyecto para actuar como mediador entre las dos
ONGs. Desde que el coordinador regional volvió a la oficina regional en
Camboya, me convertí en el único expatriado de mi ONG en Filipinas.
Pasé los tres primeros meses visitando las cuatro comunidades con las que
estábamos trabajando y acudiendo a todas las reuniones y actividades posibles
para entender perfectamente el proyecto. Durante ese tiempo y gracias a Noel
Resurreccion (coordinador de la acción en el territorio) y a los cuatro
organizadores de la comunidad, conocí a todos los interesados del proyecto,
desde miembros de las Organizaciones de pueblos hasta alcaldes y políticos, y
también familiarizarme con la cultura y los valores filipinos- factores clave
para entender por qué y cómo algunas cuestiones podían afectar al resultado del
proyecto. Tras ese periodo de aprendizaje, empecé a trabajar en el componte de
subsistencia del proyecto hasta el final de mi estancia.
Tengo muy buenos recuerdos del tiempo que pasé con la comunidad. Recuerdo cómo
la conversación que tuve con los miembros de KAAMPAKA, una organización de
pescadores que patrullan voluntariamente el Santuario marino de Barangay Burgos
en el municipio de Cortes. Nos contaban que estaban asustados porque algunos
pescadores ilegales estaban armados con arpones y habían amenazado a los guardianes
voluntarios cuando trataron de detenerlos. Así que nos pidieron armas. Les
dijimos que la solución no era proporcionarles armas para disuadir a los pescadores
ilegales de entrar en el santuario. La solución es tratar las necesidades de
aquellos que tienen que robar o desempeñar otras actividades ilegales para
sobrevivir, y también aumentar la participación del gobierno local en las
actividades de patrulla y obtener apoyo de la policía también.
La conversación siguió hasta que el sol empezó a
esconderse en el horizonte, justo antes de que anocheciera. Realmente era una
conversación maravillosa y una puesta de sol preciosa.
Otro buen momento que siempre recordaré con cariño es el tiempo que pasé en Sitio
Ebuan, en el municipio de Lanuza. Sitio Ebuan se encuentra entre las montañas,
y se tarda 40 minutos en habal-habal, ya que la carretera no es adecuada para
vehículos de cuatro ruedas. Hay más de 70 hogares indígenas viviendo en el purok, desde tribus
Manobo a Mamanua. Me gusta particularmente este sitio por
la belleza de los paisajes, el entretenido cielo en noches estrelladas y la
cantidad de niños jugando alrederdo, que aporta mucha vida al sitio.
En marzo de este año, me mudé de Mindanao a Quezon City y trabajé en la central
de Haribon. También me lo pasé muy bien allí, y tuve la oportunidad de conocer
y trabajar con casi todo el personal de la organización. Pero todo lo que
empieza, tiene que acabar, tarde o temprano, y a principios de mayo cogí un
avión para volver a Europa.
Ahora, escribo estas líneas desde mi escritorio en
Valencia para agradecer a mis compañeros y amigos de Haribon la oportunidad que
me dieron para convertirme en uno de los héroes verdes que protegen la
naturaleza y preservan la vida.