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“No hay otro camino que adaptar la cultura guaraní a los nuevos tiempos”

Ramón Barboza es un indigenista de 49 años, gran orador y
predicador de la doctrina cívica y agroecológica. Divertido, gran conversador,
justo, culto y de risa abierta se presta a hablarnos largamente
sobre los Mbyá guaraníes en esta entrevista realizada por Sonia Ordoñez, voluntaria de Cives Mundi en Paraguay con el programa Jóvenes Voluntarios de la Junta de Castilla y León.

 

¿Cuál es su formación y cómo comienza su lucha
por los pueblos indígenas de Paraguay?


Mi formación desde
los seis años fue internado en un seminario menor de la Iglesia Católica y ahí
comienza mi formación cristiana y humana y después el estudio superior fue con
la idea de llegar a ser cura y lo hice en la Universidad Católica de Asunción
también internado. Hice la base de Filosofía y medio año de Teología. Después
junto con otros compañeros abandonamos el seminario porque no nos convencía y
fuimos a la ciudad de Limpio, cerca de Asunción, para apoyar un emprendimiento
de reasentamiento de familias con escasos recursos y para formar comunidades cristianas
de modo que comenzamos a ejercer la docencia. Tras tres años, el padre que
trabajaba con nosotros se fue al Chaco paraguayo, norte de Paraguay, para
trabajar durante un año con las comunidades indígenas Ayoré y yo fui para
apoyarle en un área que es la producción agrícola que entro a conocer de forma
autodidacta, investigando y aplicando técnicas. Esta es mi primera incursión en
el tema indígena, en el año 1988. En el 90 trabajé con los Avá guaraní porque
se habían expropiado 5 millones de hectáreas y los indígenas trabajaban para
los patrones y en tres generaciones habían perdido la forma de cultivar la
tierra. Después hice tres años de antropología para entender y respetar más las
formas y conceptos de vida así como su cosmovisión. Del 96 al 2000 volví a
Limpio para poyar el trabajo con las familias para volver al Chaco donde estuve
hasta el 2004 en tres áreas producción agrícola, fortalecimiento étnico y
elaboración de materiales educativos en función de su cultura. En 2008 comienzo
a estudiar derecho y a trabajar en los proyectos Tape Apo y Akarapuá con los
Mbyá de Paso Yobai.

 

¿Qué dificultades ve en el trabajo con los
indígenas?


En realidad hay dificultades porque ellos
tienen su propio ritmo de vida. Este e sun limitante que debemos entender y tener
paciencia porque tampoco tenemos derecho a presionarles y a hacerles caminar a
nuestro ritmo que no forma parte de su cultura, de su ser, de su estilo de
vida. Esto es algo que las agencias que financian a veces no entienden porque
según nuestro estilo de vida en seis meses, tres años tiene que haber un
resultado y tenemos que buscar formas de adaptarlo porque también tenemos un
compromiso que cumplir. Y otra de las dificultades es que si uno no conoce la
cosmovisión o la cultura, sus tabúes, la parte religiosa etcétera ellos pueden
interpretarlo como una falta de respeto. Tiene que ser a partir del diálogo que
crezcamos y nos entendamos.

 

Explíqueme cómo es su cosmovisión.

El mundo guaraní está centrado en lo
religioso, es su columna vertebral, la que soporta todo. Todo su mundo gira
alrededor de la visión religiosa. Y ellos lo quieren mantener aunque saben que
esto tiene que cambiar a un ritmo que ya es apresurado y que nos está
presionando y agobiando, se están sintiendo asfixiados por la presión que se
está ejerciendo sobre su cultura. Y todo ello adaptado a la cuestión religiosa.
Entonces ellos todavía lo mantienen y lo quieren mantener aunque entienden que
se tiene que cambiar a un ritmo que les está perjudicando, es la presión de la
sociedad envolvente. Tienen que adaptarse rápidamente a un nuevo ritmo de vida.
Están pasando de ser nómadas a ser sedentarios. Hasta hace 30 años cultivaban
la tierra no en gran cantidad porque el bosque les proveía de todo lo que
necesitaban y eso ya no existe y ven que tienen que trabajar mucho más y no
están acostumbrados. Si están mal alimentados o mal nutridos tienen que
cambiar. Es un momento de cambio pues están chocando dos culturas y tienen que
adaptar su forma de vida sin dejarde
ser Mbyá. Así que tienen que estar planteándose un montón de cosas, religiosamente
y socialmente así como el trabajo político de los caciques, que son los líderes
políticos. El líder religioso y el líder político necesitan estar en constante
diálogo más que nunca pues es un momento de cambio y tienen que reencontrar el
camino junto con nosotros en un ambiente de respeto y de diálogo. Para ellos es
un gran consuelo nuestro apoyo puesto que pronto se va a ver el resultado del
trabajo y el esfuerzo.

 

 

¿Qué pasos siguen en la propuesta de ideas a
las comunidades? ¿Siguen algún protocolo?


Primeramente hablamos con el cacique y una vez
que éste lo encuentra bien y en nuestra ausencia reúne a la comunidad y si la
comunidad encuentra bien esto se lleva a delante la propuesta. Ahí puede haber
objeciones de cualquier miembro de la comunidad si ha habido alguna dificultad,
si se ha oído algo en otra comunidad, una mala experiencia, etcétera pueden
decirte que no con una explicación diciéndote la verdad o poniendo alguna
excusa.

 

 

¿Cómo se organizan las comunidades? ¿Tienen su
jerarquía?

Sí, primero está el cacique y la comunidad
elige a las autoridades para velar por el orden interno utilizando los nombres
de la jerarquía policial (sargento, teniente, cabo, etcétera) aunque no
corresponde con lo que significa para nuestra sociedad. Después están los
soldados que son los que cumplen las órdenes del cacique o del superior. El
karaia o líder religioso sólo tiene autoridad moral no política aunque por
ejemplo puede ordenar que se comience con el trabajo de la tierra, preparar la
chacra o cultivo cuando es la época ya que esto forma parte de su tradición y
compete a la parte religiosa o cuando hay algún enfermo para que tenga alimento
o para que haya alimentos para después de la danza. Tiene autoridad para esto
previo convenio con el cacique.

 

¿Hay algún criterio para elegir a sus líderes?


Se eligen en asambleas generales de la
comunidad. El criterio que utilizaban antes y ahora es que debe ser una persona
que sepa cazar que sea solidario, que sea sensible. Y ahora que el bosque ha
desaparecido, debe ser una persona que sepa cazar proyectos, cazar buenas
relaciones, amistades para obtener beneficios. Antes no se usaba la escritura y
ahora es necesario que sepan leer y escribir para irse a la ciudad a hacer los
trámites para la comunidad.

 

¿Los líderes son naturales o se forman?


Son naturales.

 

 

 

 

 

 

¿Cuál es el papel de la mujer en la comunidad?


Mujer es la que tiene hijos. La fertilidad es
tan importante en esta cultura que cada vez que a una joven le viene el primer
periodo se hace una celebración durante todo el tiempo que dura el primer ciclo
menstrual, esto es, treinta días. Por otro lado, es la que decide casi todo. La
mujer puede intervenir en cualquier negocio de modo muy discreto, comunicándose
con el hombre de manera muy bajita pero de forma que él puede entender en medio
de una conversación hasta poder negarle al hombre la posibilidad de llevarlo
adelante. Además, el papel de la mujer en el ritual es fundamental y refleja
los papeles complementarios del hombre y la mujer en la vida cotidiana pues sus
voces se complementan. Pero sí que es cierto que, excepto en casos muy
concretos como los de las lideresas, las mujeres apenas salen de la comunidad.

 

 

¿Qué solución le ves al problema de las
tierras?


El problema de las tierras cada vez va a ser
más difícil. Lo que si creo que se podría hacer, tal vez en uno, dos, tres años
es que el Estado vaya adquiriendo tierras con bosque para que se vaya
descongestionando la situación de clanes que todavía no tienen tierra. Es un
problema porque antes cada clan tenía su tierra, la situación era mucho más
armónica. Sin embargo, ahora en 200 hectáreas hay cuatro o cinco clanes familiares y vienen los conflictos internos
por ejercer el cacicazgo por la falta de tierra. Yo creo que el problema radica
en que debe haber senadores y diputados dispuestos a destinar fondos para la
compra de estas tierras. Entonces se podría paliar en algo pensando también en
el futuro porque si no se hace nada el conflicto va a ser cada vez más difícil
porque para ellos significa que tienen que cambiar rápidamente su estilo de
vida ya que cada vez crece más la población indígena.

 

 

¿Qué pasos operativos crees que deberían darse
para devolverles la dignidad a los indígenas?

La forma en que estamos trabajando haciendo
que conozcan sus derechos y mostrándoles el camino para la autogestión y la
consecución de la soberanía alimentaria para sacar de la tierra lo necesario
para vivir es muy valorada por ellos. Y juntos, ellos con nosotros y otras
instituciones que están trabajando, tomen conciencia de su responsabilidad con
los pueblos indígenas, en concreto, la municipalidad, las gobernaciones y el
Gobierno central pero esto es gradual. Si en noviembre tenemos un nuevo
intendente en Paso Yobai más sensible con la problemática indígena. Es el que
paso que sí o sí hay que dar, la comunidad primero, Paso Yobai, la comunidad
local, la capital departamental y así. Son los pasos previos para cimentar un
fortalecimiento de los indígenas en general

 

¿Cree que se conservará la cultura indígena?


De alguna manera sí. Ninguna cultura se
conserva de manera estática o pura, la cultura que no evoluciona muere. Ellos
están intentando readaptar su cultura a los nuevos tiempos, ese es el camino,
no hay otro. Seguirán siendo Mbyá pero adaptando su cultura a los tiempos
actuales, a la tierra que es poca, al monte que es pequeño. Antes, cuando moría
alguien tenían que abandonar la comunidad por miedo al espíritu del muerto
sobre todo cuando éste había suscitado algún conflicto, ahora no pueden
hacerlo.

 

 

¿Cómo se imagina las comunidades dentro de diez
años?


Yo creo que van a comerciar más. Soy optimista
y espero que mejorarán las condiciones de la vivienda porque como decía el cura
antropólogo con el que comencé a trabajar, la vivienda dignifica muchísimo. Mejorarán
y eso no significa que sean menos Mbyá. Los árboles que plantamos hoy mismo les
darán buena madera para construir casas más seguras, saludables y fuertes. La
producción aumentará pero eso significa que necesitarán más apoyo técnico para
asimilar y apropiarse de la misma para que la tierra sea sostenible y tener
animales en cautiverio para nutrirse con proteínas como es el caso del
carpincho.

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