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Cives Mundi desarrolla dos proyectos en Haití, un país que sigue sufriendo las consecuencias del terremoto un año después

Haití volverá a recibir estos días la máxima atención de los medios de comunicación al cumplirse el día 12 un año de su terremoto. El balance de la reconstrucción sigue siendo negativo. Las ayudas internacionales no se concretan sobre el terreno. Miles de daminificados siguen viviendo en los campamentos que se levantaron inmediatamente después del seísmo.

Mientras tanto, las ONG van poniendo en marcha sus proyectos, que tratan de ayudar en muy pequeñas parcelas de un nación en ruinas. Cives Mundi tiene dos proyectos en el país, en las localidades de Jacmel y Cayes Jacmel.
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el
Desarrollo (AECID) financia con 361.000 euros un proyecto que tiene como
objetivo ayudar a la reactivación económica de Cayes
Jacmel.

En Haití es difícil encontrar un solo pueblo que no haya
sufrido, directa o indirectamente, las consecuencias del terremoto de enero. En
el caso de Cayes Jacmel, aunque no se registraron víctimas, el temblor afectó a
unas 200 casas. Los damnificados fueron acogidos en viviendas de familiares.
El principal problema de Cayes Jacmel es el abastecimiento de agua.

El
proyecto, que tiene una duración de un año, tiene como destinatarias a 2.920
familias (casi el 50% de la población

total
del pueblo), es decir unas 14.580 personas (aproximadamente un 60% mujeres
y un 40% hombres) ubicadas en cuatro sectores comunales:

Ravine-Normande,
Gaillard, Haut Cap-Rouge y Michineau.

Para lograr
la mencionada reactivación de la economía se pondrán en marcha actividades de
‘cash for work’ (dinero por

trabajo)
que permitan a estas personas acceder a unos ingresos básicos que les permitan la compra de
alimentos, ropas, enseres, recuperación de su vivienda, así

como facilitar una actividad laboral que incremente su
motivación y participación social.

Los
trabajos que se realizarán atienden a las principales necesidades de esas
comunas, ya

que se centran en acciones de
recuperación/conservación de suelos y fuentes de agua, a través

de la
ejecución de actividades de reforestación, creación de barreras vivas
(principalmente de bambú) en zonas susceptibles de deslaves e inundaciones,

así
como adecuación, conservación y mantenimiento de las fuentes de agua y sus
zonas próximas, ejecutando acciones de limpieza, recuperación

de suelos y estableciendo cierres en los espacios de
ubicación de las fuentes.

Como complemento a estas acciones de
trabajo, y con el objetivo de

abarcar otras necesidades, la
población beneficiaria recibirá talleres de formación sobre Prevención y
Preparación para Desastres, Equidad de Género

y Prevención
de la Violencia hacia la Mujer.
Cives
Mundi lleva trabajando en este área de Haití desde hace cinco años, con
proyectos que se centraban en la lucha contra el sida. Tras el
terremoto, la ONG se desplazó al terreno para conocer de primera mano
las necesidades surgidas después del seísmo. Esta acción ahora aprobada
es fruto de ese trabajo.
Mientras, la Junta de Castilla y León financia con 205.000 euros un proyecto en la localidad de Jacmel, cuyo objetivo
es
mejorar la actividad productiva de pequeños negocios dedicados a la
artesanía.
Jacmel, con 150.000 habitantes, es la tercera
ciudad de Haití más afectada por el terremoto: se registraron 387
muertos,
hubo 437 heridos, 2.090 viviendas destruidas y otras 6.638 dañadas. En
la ciudad, los escombros producidos por el terremoto siguen
perfectamente visibles, como sucede también las zonas más afectadas por
el seísmo. En total,
9.973 familias se vieron perjudicadas. En tiendas de campaña
diseminadas por la
ciudad viven aún en la actualidad 12.696 personas.
 

El sector
artesanal
tiene un importante peso en la actividad económica del Departamento Sur
Este,
del que Jacmel es su capital. El proyecto de Cives Mundi financiado por
el
Gobierno regional pretende en concreto mejorar las capacidades
productivas y
empresariales de 70 microempresas
artesanales que forman parte de la Asociación para el Desarrollo de la
Artesanía del Sur Este (ADASE), que a su
vez dan trabajo a 317 empleados. El trabajo que desarrollan está
relacionado, entre otras cosas, con la fabricación de todo tipo de
máscaras de Carnaval, que este año no pudo celebrarse, aunque el de
Jacmel es famoso en medio mundo.
Indirectamente, esta acción de Cooperación
internacional beneficia a sus 387 familias, lo que supone más de 2.300 personas.

 

Para
conseguir los
resultados que se persiguen, a los empresarios se les asegurará un ingreso básico con una subvención en
metálico que les permita dedicarse en exclusiva a la artesanía. También
buscará recuperar sus medios de producción material, proveyéndoles de un
espacio temporal (carpas, por ejemplo) para el desarrollo de la actividad
artesanal, y kits de trabajo.

 

Todos los
beneficiarios
recibirán además diversos cursos de
formación que les ayuden a mejorar la gestión de sus negocios y, además, 56
de ellos tendrán acceso a créditos
fáciles. 

Por último,
el
proyecto contempla la creación de una página
web que difundirá la situación del país tras el seísmo de enero.

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