El ciclo de cine saharaui quedó inaugurado ayer martes en el Centro Cultural Gaya Nuño. En la presentación de mismo intervino la presidenta de la Asociación Soriana de Amigos del Pueblo Saharaui, Emilia Jiménez, quien recordó la delicada situación que aún vive este pueblo, sobre el que dijo que “tenemos el deber moral de ayudarles”. Por parte de Cives Mundi, el responsable de Cultura, Julián de Lallana, apuntó el deseo de la ONG de colaborar con todos los grupos y organizaciones que compartan su ideario, como es este caso.
El programa de este ciclo sufrió alguna modificación. La película prevista para abrirlo no pudo proyectarse por problemas técnicos, por lo que en la primera sesión pudo verse el documental ‘Tebraa, retratos de mujeres saharauis’, un trabajo de doce realizadoras andaluzas que da voz a diez protagonistas femeninas de estas gentes del desierto.
La próxima sesión será el día 7 de abril y se proyectarán dos documentales. El primero es Corazón de arena, una pieza de quince minutos, dirigida por Juan Carlos Álvarez Cueva y que tiene como protagonistas a los refugiados saharauis de Tindouf (Argelia). También podrá verse La puerta del Sáhara, de María Jesús Alvarado, un trabajo en el que se refleja la estrecha relación de las islas Canarias con ese pueblo del desierto.
La tercera CITA (14 de abril) tiene una programación aún sin determinar, que se comunicará próximamente.
El 21 de abril, el documental ‘Lalia’, de la actriz Silvia Munt, que obtuvo el premio Goya al mejor cortometraje el año 2000, será la pieza fílmica de una jornada en la que también habrá una charla del delegado del Frente Polisario en Castilla y León, Abdulah Arabí, sobre la ‘Situación actual del conflicto del Sáhara’, así como se explicará en qué consiste la famosa ceremonia del té.
Por último, el ciclo se cerrará el 28 de abril con dos trabajos. El primero, Yo soy de Mahbes es una pieza de 25 minutos realizada por Toni Quadres y centrada también en los refugiados, en este caso en una pequeña ciudad de tiendas de campaña llamada Mahbes. El segundo documental se titula Entre el cielo y la nada, firmado por seis realizadores. En este caso, la propuesta de la película es un acercamiento al Sáhara Occidental, una aproximación a sus circunstancias históricas como territorio dependiente del Estado español, a los vínculos entre la población autóctona y los españoles allí destinados y a la conflictiva descolonización del territorio.