El ciclo de cine indígena Tribal tiene este miércoles su
penúltima cita, en este caso con la oportunidad de volver a ver La Misión, la
película de 1986 protagonizada por Jeremy Irons y Robert de Niro, y dirigida
por Roland Joffé. La proyección tendrá lugar en el salón de actos del Centro
Cultural Gaya Nuño, a partir de las 20 horas.
La entrada es libre.
La película narra con aplomo e
inexactitudes históricas una de las gestas españolas en el Nuevo Mund la
evangelización de los indios guaraníes, llevada a cabo por los jesuitas en las
conocidas reducciones. Estas instituciones donde se diría el evangelio hecho
realidad, junto al hermosísimo paisaje (increíbles cataratas de Iguazú,
fotografiadas con pericia por el oscarizado Chris Menges), parecen restituirnos
al paraíso perdido.
Pero cuestiones políticas de diversa índole podrían dar al
traste con todo. En aquellas reducciones, los guaraníes no sólo eran instruidos
en la fe católica, sino que a instancias de los sacerdotes de la Compañía de
Jesús, se llevó a cabo un tipo de organización de carácter igualitario. Esa
estructura iba en contra de los intereses de las monarquías de la Península
Ibérica, y, en concreto, de la portuguesa, que utilizaba a los indígenas como
esclavos.
Roma ordenó la salida de los
jesuitas de aquel territorio y acabó disolviendo la Compañía.
La historia, escrita por Robert
Bolt (guionista de Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago, Un hombre para la
eternidad) transcurre en el siglo XVIII, cuando España y Portugal han llegado
a un acuerdo político, plasmado en el Tratado de Madrid, para gestionar sus
colonias americanas.
Una consecuencia colateral de tal tratado es que los
jesuitas, que tienen una misión en tierra de los guaraníes, en Brasil, deberían
abandonar el lugar. Pero el padre Gabriel (Jeremy Irons), que está al frente
del grupo, se resiste a dejar a esas almas que tiene encomendadas.
Contará con
la ayuda de los otros padres, entre los que destaca Rodrigo Mendoza (Robert De
Niro), un antiguo traficante de esclavos, que está tratando de redimirse de su
pasado disoluto.