Intercambio de experiencias entre pueblos indígenas, sí. Plasmar las bases de un plan de trabajo que permita explorar soluciones a los problemas de los indígenas, también. Pero sobre todo, conseguir que la situación de los pueblos originarios sea más conocida. El encuentro regional indígena, que este martes comenzó en Asunción (Paraguay), organizado por Cives Mundi y Alter Vida, y financiado por Cives Mundi, puso enfásis en este punto.
“Si el mundo no sabe cómo vivimos y qué problemas padecemos, nunca podremos solucionarlos, nos será más difícil hacer fuerza para reclamar nuestros derechos”, dijo Ariel, un chaval de 24 años, nombrado cacique de su comunidad en Brasil. Ariel trabaja el género documental como una “fórmula ideal, primero para documentar nuestra propia cultura; luego también para difundirla.
La primera jornada del Encuentro Indígena, que ha reunido a representantes de los guaraníes, los wiwa, los kichua y los malecu: en total unas cuarenta personas que participarán en un taller hasta el próximo viernes. Este primer día ha servido para que cada comunidad y cada país (Argentina, Brasil, Paraguay, Colombia, Costa Rica y Ecuador) han explicado el estado de las cosas en cada uno de estos pueblos.
Lo que une a todas ellas es la paulatina y constante pédrida de su espacio natural, acosados por la frontera agrícola, lo que ha conducido a un ‘choque de culturas’ en el que los indígenas han estado perdiendo, hasta ahora.